39 años con la camiseta puesta

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De mirada serena y conversación pausada, don Hernán Duarte Hernández se despide de la UACh, tras servir por casi cuatro décadas, como electricista en la Dirección de Servicios.

Don Hernán es de aquellos funcionarios que fue creciendo en experiencia y madurez, a la par de la universidad. “A todos les digo que la universidad ha sido el mayor beneficio que he tenido en mi vida. Gracias a ella he logrado todo lo que tengo: la educación de mis hijos, el lugar donde vivo, mi casa… Soy un agradecido de la Universidad”, sostiene.
Junto a Eugenia Gajardo Arias, su señora, formaron una familia con 3 hijos y un nieto. Dice refiriéndose a ellos, “mi hijo estudió acá antropología y trabaja hace algunos años para una institución pública en Antofagasta. Las otras dos hijas estudiaron criminalística, pero no pudieron ejercer pues esa carrera no tiempo campo, así que han tenido que trabajar en otras cosas. Yohanna Duarte, mi hija mayor fue la ganadora del último Festival del Cantar Vecinal de Valdivia”, comenta orgulloso.

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Hernán Duarte y su señora en una presentación del Conjunto Folclórico Raíces.

En 1976 entró a trabajar en la UACh, a través del Programa de Empleo Mínimo (PEM) en ese entonces promovido por el Gobierno, y al cabo de un par de años se concretó su contrato. Recuerda, “eso que dicen que hay que ponerse la camiseta, existía en ese tiempo y uno luchaba por su universidad. Hoy día tal vez siga la misma onda, pero no con el mismo espíritu”.

Recordando cómo era la universidad en esa época señala “era más reducida en espacio, no había tanto edificio como los hay hoy en día y había un departamento de mantención que asumía todos los trabajos que la universidad requería; no existían los contratistas. Todos los trabajos se hacían con personal contratado: carpinteros, eléctricos, gasfiter, pintores, mueblistas…Recorríamos todos los fundos, Vista Alegre, Santa Rosa, salíamos a Riñihue, Pullinque, Mehuín en el centro experimental del Instituto de Zoología…”.

Fuera cual fuera el escenario, sus actividades asociadas a la mantención eléctrica, variaban entre la reparación de tableros, iluminación, y el funcionamiento del sistema de hidroneumáticos para impulsar el agua hacia los edificios. “Me gusta hacer mi trabajo lo mejor posible, ser responsable… jamás fallé un día, claro por enfermedad sí, pero jamás por hacer la chancha o por estar mal de la caña”.

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Don Hernán ejecutando el tormento.

Así también se dio tiempo para compartir con sus colegas en otros ámbitos, “participé en el sindicato, fui bien activo, fui candidato a la Directiva, pero no salí. Después me metí al folclor, estuve como 14 años en el Conjunto Folclórico Raíces. Cantaba y tocaba percusión: bombo y tormento. Disfruté harto, porque me gusta harto el folclor, lo pasábamos bien. Conocí gran parte de Chile, Argentina, el conjunto se hizo bien famoso a través de Chile. Grabamos un CD y vendimos todos en Valdivia”.

Y en esta trayectoria don Hernán Duarte fue entablando amistades, “todos son mis amigos –dice sonriendo– al que más recuerdo, que ya no está, es a Hugo Reus; gracias a él estoy acá. Él me incentivó a postular al cargo, porque no era fácil entrar a la Universidad. Y así tengo hartos amigos, trato de ser amigo de toda la gente, aunque uno no le puede caer bien a todos”. En su entorno más cercano sus compañeros de trabajo le dicen Mañocho…”porque soy serio –dice él– pero lo minimizan diciéndome Mañocho”. Mientras que sus colegas aseguran que Duarte es una muy buena persona con la que esperan seguir compartiendo los tradicionales asados que a menudo celebran.
En sus recuerdos también aflora la destacada participación que tuvo la Dirección de Servicios hacia 1995, cuando el área de Mantención presentó una novedosa y muy iluminada embarcación en el Corso Fluvial de la Noche Valdiviana. “De fondo hicimos un volcán que echaba humo y adelante dos personajes que aserraban madera, me tocó iluminar esos monos para que se vean en la noche y ganamos; me colocaron una nota positiva en la hoja de vida”.

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En el homenaje que le rindió la UACh al cumplir 25 años de servicio.

¿Cree que va a extrañar la Universidad?
En este momento estoy cansado, pero como conversan otros colegas, después viene la nostalgia. Pero tengo planes, una invitación de un sobrino para ir a Nueva York y quiero ir al sur con mi señora.
¿Qué mensaje dejaría a los jóvenes que están comenzando a trabajar?
Ser responsables con lo que se les encomiende y que se vayan perfeccionando. Hoy en día, como avanza rápidamente la tecnología, si uno no se actualiza, se va quedando atrás rápidamente, se va quedando en el camino. Deben aprovechar los medios como el internet y la computación.

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